Un segundo idioma?

Adriana Kirimoto Coordinadora Nivel Inicial Directora curso de doyobi

Según algunos investigadores, sostienen que los niños expuestos a varios idiomas son más creativos y desarrollan mejor las habilidades de resolución de problemas. Hablar un segundo idioma, aunque sea solo durante los primeros años de vida del niño, ayudará a programar los circuitos cerebrales para que le sea más fácil aprender nuevos idiomas en un futuro.

Introducirlo en la educación de los niños debe hacerse de forma natural, no obligar al niño a hablarlo, lo importante al principio es que lo escuche siempre y se familiarice con él poco a poco, sin prisa ni obligaciones. Sin embargo existen algunos científicos que recomiendan que el niño aprenda una segunda lengua solo cuando tenga suficiente conocimiento de la materna. “Después de tan solo días de haber nacido, todos los bebes pueden diferenciar varios idiomas” asegura Barbara Pearson autora de “Criar a un Niño Bilingüe”, quien destaca que esto es especialmente cierto cuando se trata de idiomas muy diferentes entre sí como el español y el japonés.

Investigaciones demuestran que ser bilingüe tiene muchas ventajas, incluyendo la capacidad para pensar de forma más flexible. Por ejemplo las personas bilingües tienen dos o más palabras para cada concepto lo cual les proporciona más de una manera de resolver problemas. Desafortunadamente cuando los padres tienen inquietudes acerca del desarrollo del habla de sus hijos que escuchan dos idiomas, muchas veces se les aconseja que usen solo uno porque en el pasado el bilingüismo era considerado el causante de los problemas de desarrollo del habla.

En la actualidad “Las investigaciones indican que el bilingüismo no causa retraso en el desarrollo del habla ni la adquisición del lenguaje” informa Ellen Stubbe Keste, presidente de Bilinguistics, compañía que apoya al aprendizaje bilingüe en Texas. Al niño que le haya diagnosticado algún tipo de retaso en el habla, criarlo de forma bilingüe no aumentará ni disminuirá dicho retraso. “Varios estudios demuestran que los niños con retraso en el lenguaje que crecen en ambientes bilingües adquieren el lenguaje a la misma velocidad que aquellos que lo hacen en un idioma” afirma Kester. Los niños terminan mezclando los dos idiomas y esto es inevitable e inofensivo.

Pero para quienes no están familiarizados con el bilingüismo, esto confirma que el niño bilingüe no puede distinguir bien sus idiomas. La mayoría de los niños mezclan los dos idiomas hasta que van aprendiendo a distinguir uno del otro. También a medida que van creciendo saben con quien tienen que hablar por ejemplo en castellano y con quien en japonés.

También mezclan porque uno de ellos tiene mayor influencia que el otro y eso provoca una falta de vocabulario en el idioma minoritario. Mezclar dos idiomas es algo temporal y desaparece a medida que el vocabulario de un niño se va desarrollando en ambos idiomas. En realidad, personas bilingües de todas las edades mezclan sus idiomas, lo cual es un efecto conocido como intercambio de códigos. (portuñol, Spanglish)

A veces lo hacen porque no saben la palabra que necesitan en el idioma en el que están hablando, o algunas personas mezclan los idiomas a propósito porque les gusta más la palabra o la frase en el otro idioma. Nunca es demasiado tarde, “Aprender un segundo idioma es más fácil para los niños menores de 10 años y aún más para los menores de 5, comparado con el esfuerzo que requiere para un adulto que es mucho mayor” asegura Pearson. El periodo óptimo según expertos, parece situarse entre el nacimiento y los 3 años, justamente cuando un niño está aprendiendo su primera lengua. Después el mejor momento es de 2 a 7 años porque todavía son capaces de procesar varios idiomas. Quiere decir que desarrollan un segundo sistema del lenguaje junto al primero, por lo que pueden aprender a hablar ambos idiomas.

Si es mayor de 7 años todavía está a tiempo de aprender. El tercer periodo para incorporar un segundo idioma es entre los 10 y los 13 años aprox. Después de la pubertad los estudios demuestran que los idiomas nuevos se almacenan en una zona diferente del cerebro, por lo que los niños tienen que traducir o usar su lengua materna como senderos hacia ese nuevo idioma.


 

Los niños son como esponjas, aprenden otro idioma jugando, interactuando, en lo cotidiano, es nuestra tarea como educadores acercarles el mundo del japonés para que fluya con total naturalidad. Al observar como los niños aprenden en Nichia, siento que es una tarea más que reconfortante.... Ver nota completa

 

 

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